Les Boulloses - Planés

17/07/2009. 20,36KM

Sobre las 8:30 de la mañana ya lo tenemos todo recogido, a punto para una nueva jornada. De momento, el día está bastante nublado, con algunas nieblas bajas y con fresquito. Tal y como hemos visto en el mapa, la etapa de hoy promete ser muy tranquila, con pocos desniveles.
Continuamos por la GR10 bordeando el Lac de les Boulloses hasta que llegamos a la presa. Por aquí se ve bastante afluencia de gente.
Pasamos por un refugio guardado y algunos chiringuitos más y seguimos la GR por una zona muy llana, con humedales,  cruzándonos con diversos riachuelos y pequeños lagos.

Entorno de Les Boulloses

Primero pasamos por el pequeño Etang del Recó, y después pasaremos por el de Pradell, que tiene al lado un refugio forestal.

 Estany y refugio de Pradell
Bordeando el Pradell...

Después de bordearlo el camino se mete por el bosque de Bolquère, bajando progresivamente y dejándonos ver, en algún trecho, las pistas de esquí de Pyrénées 2000, que tenemos a la derecha.
Un poco más abajo se cruza una carretera, pasando por la urbanización Superbolquère, y, a partir de aquí el camino sigue por asfalto hasta llegar a Bolquère. En el pueblo encontramos un supermercado grande (en Porte Puymorens solo había un pequeño colmado con pocas cosas y caras...) así que aprovechamos para reponener algo de comida. En Bolquère también hay una guite d'etape con un menú bastante rico y económico.
Después de comer seguimos nuestra ruta que nos llevará primero al Col de la Pérche y luego a la pequeña población de la Cabanasse, alternando algunos tramos con asfalto (ufff...) y viendo pasar, a lo lejos, el popular Train Jeune.

Le train jeune

Pasamos la Cabanasse, y viramos a la derecha para tomar una pista que luego se meterá por un camino boscoso y ascendente que nos lleva directamente al pueblito de Planés, donde, entre otras cosas, hay una guite d'etape y una casa rural, l'Orri de Planés, que, además de funcionar como turismo rural, tiene una zona acondicionada como refugio para excursionistas. Preguntamos a ver que tal y nos parece perfecto y económico. La pareja que lo lleva es muy maja. Además, tenemos la suerte de ser los únicos huéspedes. Un lujo total!

El guardián l'Orri de Planés

Dejamos las cosas y damos un rodeo por el pueblo, que nos parece precioso, muy tranquilo.

Planès
Iglesia románica de Planès

Sobre las ocho de la tarde se gira un viento muy frío. Estábamos en la terraza del refugio, charlando, y al final hemos tenido que ir a buscar los polares. Yo me he puesto hasta los guantes. El dueño del negocio hasta comenta la posibilidad de nieve en las alturas. Con él nos quedamos charlando un buen rato, también es aficionado al monte y nos hace varias sugerencias para futuras salidas.
Después aprovechamos la cocina que tenemos a nuestra disposición para cocinar algo caliente, relajarnos y repasar un poco la jornada de mañana, que nos llevará a Carança.

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